Investigaciones de los efectos de la meditación

Antiguas técnicas procedentes de la práctica oriental, como la meditación o el mindfulness parecen haber llegado a occidente para quedarse. La psicología incorpora estas técnicas en sus nuevas formas de psicoterapia (como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness, para tratar la depresión) y los investigadores buscan evaluar su eficacia con métodos científicos. Estos son algunos de los principales estudios sobre los efectos de la meditación en el cerebro de las personas. 1. La meditación aumenta el número de pliegues en la corteza cerebral Las personas que practican meditación presentan, en determinadas zonas del cerebro, una mayor cantidad de pliegues en su corteza cerebral. Se considera que cuantos más pliegues tenga la corteza cerebral, mejor es el funcionamiento del cerebro. Dado que los meditadores son maestros de la introspección, la toma de conciencia y el control emocional, estos resultados pueden indicar una integración de procesos autonómicos, afectivos y cognitivos, explican los investigadores. Además, cuantos más años habían pasado estas personas practicando meditación, mayor era la cantidad de pliegues en sus cerebros. (The Unique Brain Anatomy of Meditation Practitioners: Alterations in Cortical Gyrification. Frontiers in Human Neuroscience, 2012; 6). 2. La meditación reduce el impacto emocional del dolor Las personas que meditan de forma regular encuentran el dolor menos desagradable debido a que sus cerebros anticipan menos el dolor (en este caso, la anticipación del dolor que iba a ser producido por un aparato láser). Este efecto solo se encontró en los meditadores más experimentados. «Los resultados del estudio confirman cómo la meditación puede afectar el cerebro. La meditación entrena al cerebro para estar más centrado en el presente y pasar menos tiempo anticipando futuros acontecimientos negativos. Este puede ser el motivo por el que la meditación es efectiva para reducir la recurrencia de la depresión, que hace el dolor crónico considerablemente peor.» (Meditation experience predicts […]

Antiguas técnicas procedentes de la práctica oriental, como la meditación o el mindfulness parecen haber llegado a occidente para quedarse.

La psicología incorpora estas técnicas en sus nuevas formas de psicoterapia (como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness, para tratar la depresión) y los investigadores buscan evaluar su eficacia con métodos científicos. Estos son algunos de los principales estudios sobre los efectos de la meditación en el cerebro de las personas.

1. La meditación aumenta el número de pliegues en la corteza cerebral

Las personas que practican meditación presentan, en determinadas zonas del cerebro, una mayor cantidad de pliegues en su corteza cerebral. Se considera que cuantos más pliegues tenga la corteza cerebral, mejor es el funcionamiento del cerebro. Dado que los meditadores son maestros de la introspección, la toma de conciencia y el control emocional, estos resultados pueden indicar una integración de procesos autonómicos, afectivos y cognitivos, explican los investigadores. Además, cuantos más años habían pasado estas personas practicando meditación, mayor era la cantidad de pliegues en sus cerebros. (The Unique Brain Anatomy of Meditation Practitioners: Alterations in Cortical Gyrification. Frontiers in Human Neuroscience, 2012; 6).

2. La meditación reduce el impacto emocional del dolor

Las personas que meditan de forma regular encuentran el dolor menos desagradable debido a que sus cerebros anticipan menos el dolor (en este caso, la anticipación del dolor que iba a ser producido por un aparato láser). Este efecto solo se encontró en los meditadores más experimentados. «Los resultados del estudio confirman cómo la meditación puede afectar el cerebro. La meditación entrena al cerebro para estar más centrado en el presente y pasar menos tiempo anticipando futuros acontecimientos negativos. Este puede ser el motivo por el que la meditación es efectiva para reducir la recurrencia de la depresión, que hace el dolor crónico considerablemente peor.» (Meditation experience predicts less negative appraisal of pain: Electrophysiological evidence for the involvement of anticipatory neural responses. Pain, 2010).

3. Las personas que practican meditación tienen más conexiones cerebrales

Las personas que practican la meditación tienen mayores conexiones entre las diversas regiones de sus cerebros y muestran una menor atrofia cerebral relacionada con la edad. El hecho de tener más conexiones cerebrales influye en la capacidad para transmitir con rapidez los impulsos eléctricos en el cerebro. Este efecto sucede en todo el cerebro y no solo en áreas específicas. «Es posible que meditar, especialmente durante un largo periodo de tiempo, pueda inducir cambios en un nivel micro-anatómico». «La meditación podría no solo causar cambios en la anatomía cerebral induciendo un crecimiento, sino también previniendo la reducción. Es decir, si se practica regularmente durante años, la meditación puede frenar la atrofia del cerebro relacionada con la edad, quizás al afectar positivamente al sistema inmunitario», explica la autora de la investigación. (Enhanced brain connectivity in long-term meditation practitioners. NeuroImage, 2011).

4. La meditación Zen puede reducir la sensibilidad al dolor

«Mediante el entrenamiento, los meditarores Zen parecen engrosar ciertas partes de su corteza cerebral y esto parece ser la base de su menor sensibilidad al dolor». Ciertas partes del cerebro que regulan el dolor y las emociones eran significativamente más gruesas en los meditadores al compararlos con los no meditadores. (Cortical thickness and pain sensitivity in Zen meditators. Emotion, 2010).

5. La meditación aumenta la materia gris del cerebro

Ciertas regiones del cerebro son de mayor tamaño en personas que practican la meditación desde hace años. Especialmente, muestran un mayor tamaño en las áreas encargadas de regular las emociones. «Sabemos que las personas que meditan regularmente tienen una especial capacidad para cultivar emociones positivas, mantener la estabilidad emocional e implicarse en un comportamiento plenamente consciente». «Estos pueden ser los fundamentos neuronales que dan a los meditadores la extraordinaria capacidad para regular sus emociones y permiten unas respuestas bien ajustadas ante cualquier cosa que la vida ponga en su camino». Otras investigaciones han mostrado que las personas que meditan habitualmente tienen menores niveles de estrés y un mejor funcionamiento del sistema inmunitario. No se encontró ningún área cerebral donde los no meditadores tuvieran un mayor volumen de materia gris que los meditadores. (How to build a bigger brain, Universidad de California).

Por: Ana Muñoz

David Hinojosa
David Hinojosa

Después de pasar por varias escuelas esotéricas y religiones encontró que la mejor práctica espiritual es simplemente entrar en silencio. De manera original y sin dogmas, su enseñanza se basa en desvanecer todas las estructuras mentales que no nos dejan Ver nuestra realidad única. Su objetivo hoy en día es compartir, por medio de talleres y conferencias, el arte de la meditación en silencio.

Artículos: 35

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *